lunes, 25 de agosto de 2008

Carolina Covarrubias

En mi segunda visita de nuevo no tuve suerte con el movimiento de gente, así que decidí entrar y mirar con "delicadeza" a cada persona que trabajaba ahí ( buscando esencias y un poco de que es lo que los lleva a estar ahí y no en una multitienda,por ejemplo, sin preguntarlo directamente) en ellos pude ver una paz que a mi en lo personal me llamo la atención pues el flujo de gente no era mucha por no decir nula, lo que por conclusión me llevo a pensar que no había mucho movimiento de dinero, pero a ellos no parecía importarles, de hecho cuando uno entra tiene la posibilidad de entrar y mirar calmad amente y fijarse en cada de detalle de la artesanía sin tener la presión de alguien que se te acerque y te diga "que si se te frece algo", "te diga su nombre por cualquier cosa" o "vea sin compromiso", esas tipas cosas que pasan en un mall o en las tiendas que muchas veces hartan o espantan. Lo que pude percibir en sus caras que de alguna manera existía esa "libertad" de no tener presiones en cuanto a tener que vender cierta cantidad ( desconosco si esto es tan así, pero escribo lo que percibo), muchos tenían rasgos indígenas acorde a su artesanía, a lo que venden, lo que deja a la vista lo que ellos quieren reflejar a través de su trabajo y creo que esa es otra parte de su libertad pues trabajan con sus raíces con algo tan "familiar" y cercano....
En fin espero tener mas suerte y poder observar mas gente en una nueva visita :)

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