En esta oportunidad no conversé mucho con la persona que se encontraba en el puesto. Me dediqué más a observar los grandes y gruesos telares que colgaban y que tienen un precio elevado, pero correspondiente al gran trabajo que significa. Pude ver en su mesa una especie de cono con el que se prepara la lana de oveja, la cual debe lavarse, hilarse y teñirse. Pregunté cuanto tiempo promedio demora hacer un telar, a lo cual me respondió que la mujer no es de tiempo, que se hace cuando se puede, cuando queda tiempo después de atender a la familia. Como se puede ver en la foto, cuando llegué al puesto ella envasaba merquén. También se pueden apreciar chocolates rellenos con piñones, algo extraño para mí, pero que sin duda probaré en mi próxima visita.
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